martes, 29 de marzo de 2016

SOY LO QUE COMO ¿Y QUÉ ES LO QUE COMO?

Antes de experimentar todos estos cambios yo consideraba que comía medianamente bien: intentaba comer verduras, comía muchísima fruta e intentaba variar los alimentos (carne, pescado, huevos, verduras, legumbres, hortalizas, cereales y lácteos). Pues bien, ahora me doy cuenta de lo "pobre" que era mi alimentación. Mi consumo de cereales se consistía, básicamente, en arroz, trigo y maíz, de modo que todos los días comía el mismo tipo de cereal (trigo) e iba alternando los otros dos.
¿Qué pasaba con los lácteos? Sí, yo era una adicta a la leche. Pensaba que sería incapaz de dejarla. Consumía casi 1/2 litro de leche diaria, yogures y quesos de todo tipo. Me encantaban, pero...desde que los dejé, ha desaparecido toda la mucosidad que tenía en las vías respiratorias. Hace más de seis meses que no he tenido ningún resfriado importante, siendo dos o tres días los pequeños síntomas que haya podido experimentar, en comparación a las dos semanas que arrastraba antaño. La mayoría de los lácteos que consumimos a diario provienen de una industria no ecológica, donde los animales son forzados a súper producir lejos de su proceso biológico natural. Dichos animales son hormonados y tratados con antibióticos. ¡Y nosotros nos bebemos su leche! Dicen que los humanos, cuando terminamos nuestro período de lactancia no necesitamos consumir productos lácteos, pues todos los nutrientes que necesitamos los encontramos en otros alimentos. En los países asiáticos tengo entendido no consumen dichos productos. Como digo, yo no soy experta en este tema, ni puedo afirmar o desmentir químicamente los aspectos beneficiosos o perjudiciales de la ingesta de leche. Cada cual que experimente en su propio organismo. De todos modos, lo que a uno le funciona puede que a otro no. Ahora mismo he cambiado a las leches vegetales sin gluten ni frutos secos por mi particular situación, pero ya hablaremos de ello más adelante.
Hortalizas, verduras, frutas y legumbres. Consumía muchas, sí, pero ¿de qué calidad? Ya hacía tiempo que venía quejándome del escaso sabor de frutas, verduras y hortalizas, de lo difícil que es encontrar un lugar donde abastecerse de estos productos lejos de grandes superficies. Siempre intentaba acudir al mercado o a pequeñas fruterías, intentando consumir producto local y de temporada, pero me encontraba con productos perfectos, intactos, sin una mancha, un insecto, un agujero...comida perfecta y bonita, para algunos, porque para mi, las verduras, frutas y hortalizas bonitas son aquellas desiguales, con taras que muchos de nosotros no querríamos ver en nuestro plato. Productos con caracoles, agujeros, orugas, etc. Esos productos que tienes que lavar a conciencia antes de consumirlos pero que tienen un sabor incomparable e impagable. A raíz de todo lo que me ocurrió, he descubierto un mercado ecológico que tiene lugar en las inmediaciones de la Ermita de Godella (Valencia) en un paraje maravilloso. Allí puedo comprar todos los productos de temporada, de una calidad inmejorable y a un precio que nada tiene que envidiar al de los productos que se venden en otras partes (relación calidad-precio). También he encontrado algunas fruterías y verdulerías ecológicas en el Mercado de Ruzafa (Valencia), un lugar mágico donde perderse una mañana de sábado y deleitarse con sus aromas y colores. También puedo procurarme estos productos en pequeños herbolarios como el de la C/Cádiz "L'hortet". Productos del campo a la mesa, sin intermediarios y con un trato exquisito y muy humano.
Carnes y pescados. Siempre había consumido pescado fresco, del Mercado de Ruzafa y, en ocasiones, del Mercado Central, pues es de un sabor inmejorable, pero ahora evito el pescado de piscifactorías, ya que este está alimentado con piensos artificiales, hormonados y tratados con antibióticos. Se hace difícil encontrar una dorada o una lubina que no sean de piscifactoría, pero existe una gran variedad de pescado en el mercado que nos brinda la oportunidad de hacer grandes platos: rape, merluza, lenguado, boquerón, sardina, salmonete, bacalao, etc. Respecto a las carnes...¿qué me decís de ese pollo al horno que entra de un tamaño y cuando lo sacas se ha reducido a la mitad dejando la cazuela llena de agua? Pollos, terneras, cerdos, corderos, pavos alimentados también con piensos artificiales, hormonados (para que crezcan lo suficiente en 3 meses) y tratados con antibióticos.  Una vez más, en el Mercado de Ruzafa hay una carnicería ecológica "bonprof!t" que ofrece todos sus productos con alta calidad: pollo de corral (son enooormes), pavo, cordero, cerdo, ternera, hamburguesas y embutidos, carnes rellenas...todo ello sin gluten, ni conservantes o colorantes artificiales. Un servicio exquisito. Si necesitas algo en concreto te lo preparan a tu gusto para adaptarse a tus necesidades, cosa que a mi me ha venido de perlas. ¡Ah! Y también sirven a domicilio con servicio on-line. www.ecobonprofit.com
Huevos. Ecológicos. De gallinas criadas en libertad y alimentadas a la vieja usanza. Se pueden encontrar ya en muchos herbolarios y mercados, pero hay que fijarse en el código para que no os engañen. Los huevos ecológicos tienen a la izquierda de su numeración el número que indica cómo han sido criadas y alimentadas. En el caso de los huevos ecológicos al 100% el número es el cero. El color de la yema cambia radicalmente de naranja a amarillo, por no hablar del sabor. Nada que ver con el resto de huevos.
Cereales. Existen gran cantidad de cereales y los llamados pseudo-cereales que no utilizamos en nuestra cocina a diario por desconocimiento o dificultad para conseguirlos, pero hoy en día ya tenemos a nuestro abastecimiento una gran variedad de ellos, muchos de los cuales son más nutritivos, por poseer gran cantidad de proteínas y aminoácidos esenciales que otros no nos ofrecen. Debemos tener en cuenta que, el aumento de población y la demanda en las cosechas, ha transformado la agricultura tradicional en otra mucho más productiva que da respuesta a las necesidades nutricionales de la humanidad. Así pues, la original semilla del trigo o el maíz, cereales muy usados junto con el arroz, han sido modificados genéticamente para ofrecer una mayor producción, perdiendo así muchas de sus cualidades nutricionales originales. Los cereales, para empezar, es mejor consumirlos integrales, ya que estos vienen dados así por la naturaleza y es el cereal íntegro el que nos aporta el 100% de sus beneficios. Algunos de los cereales que podemos encontrar hoy en día son: el trigo, maíz, arroz (en todas sus variedades), avena, cebada, espelta, kamut, bulgur, quinoa, mijo, amaranto, teff, trigo sarraceno, tapioca. Con muchos de ellos se elaboran panes, masas, galletas y dulces exquisitos. En mi caso, puesto que no puedo consumir gluten, los cereales que consumo se reducen a: trigo sarraceno, maíz, quinoa, mijo, amaranto, arroz, teff y tapioca. Pero ¿os habéis fijado en la cantidad de cereales diferentes que podemos consumir? ¿Por qué nos centramos únicamente en dos o tres y privamos a nuestro organismo de una dieta todavía más variada? Es fácil hacerse con cualquiera de estos cereales en cualquier herboristería, a excepción del teff, que solo lo he encontrado en Herbolario Navarro, aunque también lo venden on-line algunas webs dedicadas a ello.
Después de este repaso a los diferentes alimentos que consumo os estaréis preguntando ¿Cuánto dinero hay que invertir para poder mejorar nuestra alimentación? No os voy a engañar. Es una gran inversión, pero no exagerada. Todo depende de nuestra lista de prioridades. Que levante la mano aquél que no tenga un móvil de última generación, un coche con todo tipo de comodidades, fibra óptica en casa, quien no se permita algún que otro viaje al año. Que levante la mano el que nunca se compra ropa, más de la que necesita. Pensemos también en el gasto que supone al Estado y a nuestro bolsillo el gasto médico en medicinas, tratamientos. ¿Usáis cremas hidratantes? ¿Productos de belleza? Todo ello supone un gasto enorme que no somos conscientes, o no queremos serlo, tenemos cada uno de nosotros. Cambiando nuestra dieta disminuiremos el gasto médico, el consumo de productos de belleza (pues nuestro cuerpo tendrá todos los nutrientes necesarios para estar bien hidratado y vitaminado). Además, al nutrirnos correctamente no ingeriremos más productos de los necesarios. En muchas ocasiones encontramos personas que comen muchísimo y, sin embargo, tienen carencias nutricionales porque sus organismos no funcionan adecuadamente debido a alguna enfermedad o a una dieta desequilibrada. No es necesario cocinar grandes platos ni grandes cantidades para obtener aquello que nuestro organismo necesita para funcionar cada día correctamente, pero ello no significa que vayamos a comer platos sosos o pobres. Todo lo contrario. Lo iremos descubriendo poco a poco.
Para encontrar todos los comercios, tanto mi familia como yo hemos invertido tiempo. Un tiempo fantástico que nos ha llevado a descubrir lugares y gente nueva. Es cierto que tengo que moverme de un lugar a otro para conseguir todos los productos, pero no es más que la bonita oportunidad de pasearme, oler, observar, vivenciar cada fin de semana en un entorno precioso. Seguro que vosotros, si indagáis un poco, encontraréis todo aquello que necesitéis en vuestras respectivas ciudades. ¡Que comience la aventura!

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