miércoles, 6 de abril de 2016

"ES QUE YO NO TENGO TIEMPO PARA COCINAR"

 Muchas veces, cuando expongo mi caso o comparto mi experiencia y lo mucho que estoy aprendiendo, algunas de las personas que me rodean me responden "Es que yo no tengo tiempo para cocinar, la casa, la familia, el trabajo..." ¿Realmente no tenemos tiempo para cocinar o es una excusa que buscamos porque, claramente, es más fácil aprovecharse de las comodidades que nos ofrecen los supermercados y tiendas con alimentos pre-cocinados o rápidos de elaborar?

¿Cuánto tiempo dedicamos al día a "whatsappear", mirar las redes sociales, ver la televisión o navegar por la web? ¿No es posible disminuir el tiempo que dedicamos a estas actividades que, en muchas ocasiones no nos aportan ningún beneficio, para dedicar 20'-25' a cocinar un plato nutritivo y saludable?  APUESTO A QUE SÍ.

Como ya comentaba en otro post, es cuestión de prioridades y de organizarse. En mi caso particular, dado que no puedo comer en casa a diario, aprovecho el momento de hacer la cena para cocinar la comida del día siguiente, sin invertir ni un minuto más de mi día en elaborar un plato que sé, a ciencia cierta, me va a reportar muchísimos más beneficios que cualquier plato pre-cocinado que pueda comprar.

Veo en mi trabajo, día a día, cómo la mayoría de los niños de nuestra sociedad están aprendiendo una cultura de la alimentación nada beneficiosa. Los almuerzos consisten en bollería industrial envasada, pan de molde industrial, pan congelado, embutidos, galletas rellenas de crema, yogures de sabores (para suplir la fruta) y compotas de fruta envasada, así como zumos prefabricados. Cuando hablo con sus padres todos coinciden en la escasez de tiempo y la comodidad de encontrar todos los productos en el supermercado listos para consumir. También aluden a la atracción que tienen estos productos sobre los niños, que acaban comiendo esos almuerzos y rechazando otras cosas más saludables como puede ser una pieza de fruta natural. ¿Pensáis que esos productos a diario van a beneficiar la salud de vuestros hijos e hijas? ¿ Y vuestra propia salud? ¿No merece vuestra familia que le dediquéis un valioso tiempo para ofrecerles lo mejor?  

Si os dedicaseis durante una semana a investigar qué es lo que realmente estamos comiendo os quedarías realmente sorprendidos. Y es que no es oro todo lo que reluce. Sin ir más lejos, hace unas semanas acudí a una famosa cadena de carnicerías valenciana a comprar un producto que me habían pedido en casa. Yo, inocente, le dije a la dependienta: "¿esto no lleva gluten ni ningún conservante añadido verdad?, a lo que ella me respondió: "uy sí sí, aquí todo lleva añadidos. Mira, toma la carta de alérgenos y te vas mirando a ver qué cosas puedes consumir y cuáles no. Cuál fue mi sorpresa que todos los productos cárnicos que allí se vendían contenían algún que otro añadido químico. El producto que yo quería tenía soja, lactosa y conservantes químicos. Y yo me pregunto: ¿de verdad es necesario añadirle soja, lactosa y conservantes a un filete de pollo? Pues bien, en una sociedad donde existe una gran demanda de alimentos y donde lo que prima son las ganancias del empresario, sí es necesario, puesto que de ese modo la carne puede conservarse mucho más tiempo en sus neveras y no desperdician el producto. Eso sí, a cambio, están echando a perder nuestra salud. Y así, un sinfín de productos que comemos cada día y que ofrecemos a nuestras familias.

La publicidad tampoco nos está haciendo ningún favor: galletas ricas en leche para niños, cereales que nos ayudan en nuestra dieta de adelgazamiento, fruta envasada, cadenas de hamburguesas, etc. Si os detenéis a leer sus etiquetas, podéis ver que, lejos de ayudaros a mejorar vuestra alimentación, contienen un sinfín de añadidos químicos, alimentos refinados y procesados, grasas saturadas, emulsionantes, colorantes, conservantes, etc. que, a la larga, si los tomamos de manera continuada, pueden ejercer un efecto negativo en nuestra salud. Si tenéis dudas siempre podéis pedir la carta de alérgenos o ingredientes en vuestros establecimientos. Estáis en vuestro pleno derecho.

Así pues, bajo mi criterio, es necesario inculcar a nuestra sociedad unos hábitos de vida saludables que nos lleven a una vida sana, plena y feliz, desde el mismo momento del nacimiento. Cualquier producto que encontréis en el mercado se puede elaborar en casa artesanalmente y con un resultado mucho mejor, utilizando productos de calidad y sin ningún tipo de aditivo químico.

Y no olvidéis que cuántos menos ingredientes contenga un producto, más natural y beneficioso para vosotros será.


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