lunes, 6 de marzo de 2017

"COMER BIEN ES CARO". DESMITIFICANDO ALGUNAS AFIRMACIONES

Hace unos días acudí a una charla sobre alimentación destinada a padres y madres de alumnos de un colegio de Primaria y unos días después escuchaba que llevar a cabo los pasos que recomendaba el médico especializado en nutrición y naturopatía era muy complicado si no se era "rico". Esta es una de las afirmaciones que más acostumbro a escuchar, como ya he repetido en varias ocasiones y hoy me propongo desmitificarla.

¿Por qué decimos que comer bien es caro?

Si tenemos en cuenta los hábitos alimenticios de la mayoría de la población española podremos observar que existe un aporte calórico excesivo, una pobre ingesta de frutas y verduras, un elevado consumo de carne y una alimentación basada en cereales refinados, rica en azúcares, pobre en legumbres y con un excesivo consumo de lácteos, en la mayoría de los casos, de muy mala calidad. Pues bien, este tipo de dieta nos ha llevado hoy en día a tener múltiples carencias nutricionales sin ser conscientes de ello, creyendo que estamos perfectamente en materia de salud, cuando realmente nuestro organismo va adaptándose y paliando carencias y deficiencias como buenamente puede. Así, tras 10 ó 20 años empezamos a tener los primeros síntomas que, en la mayoría de ocasiones, se achacan a la edad, estilo de vida, falta de ejercicio, etc. Pero muchos síntomas y patologías, recordemos, son controlables en mayor o menor medida si llevamos una dieta saludable adecuada, rica en nutrientes y que aporte las calorías necesarias a nuestro estilo de vida, además de realizar ejercicio a diario.

Tengamos en cuenta lo que ya muchos dietistas-nutricionistas, médicos, naturópatas, nutriterapeutas, biólogos y médicos especialistas en medicina tradicional china recomiendan: llevar una alimentación basada en verduras, frutas, cereales integrales, legumbres y consumo moderado de pescado, huevos y carne, excluyendo el azúcar o relegándolo para ocasiones muy especiales y reduciendo o excluyendo el consumo de lácteos, según teorías -en mi caso está excluida totalmente, tanto la leche, como yogures y quesos por favorecer el aumento de mucosidad, favorecer la aparición de alergias y asma y el descontrol de las mismas y por elevar el nivel de estrógenos y producir el llamado síndrome pre-menstrual y ovarios poliquísticos-, donde lo ideal para favorecer nuestra salud, la mejora del sistema autoinmune y, en definitiva, un buen estado tanto a nivel físico como mental, es decir, buena salud a todos los niveles, sería, según sus palabras "que nuestros platos estén compuestos en 2/3 de verduras- tanto cocinadas como crudas, dando cada vez mayor peso a la verdura cruda o poco cocinada para conservar sus propiedades- y 1/3 de hidratos de carbono -cereales integrales, patatas, calabaza, boniato, etc.- o proteína vegetal -legumbres, semillas, frutos secos crudos sin sal- o proteína animal de calidad -pescado, huevos o carne-." En dicha dieta no pueden faltar unas 3 piezas de fruta fresca de temporada al día, entera y no en zumo, para aprovechar al máximo toda la fibra que nos aporta dicha pieza -esto no pasa con el zumo, ya que se desecha la fibra y supone un mayor aporte de azúcares rápidos en sangre, con sus consecuencias a nivel de producción insulínica-.

Así, de este modo, los hidratos de carbono procedentes de cereales, proteína animal o proteína vegetal no serían la parte principal del plato, sino el acompañamiento, la guarnición, muy al contrario de lo que solemos consumir en nuestras comidas.

Hay estudios que defienden que cuánto más compleja es una comida, cuántos más tipos de alimentos mezclamos y cuánta más cantidad tomamos, menos energía obtenemos y peor estado de salud tenemos. Ofrecer comidas copiosas o menús de ensalada, dos platos y postre no hace sino forzar al organismo día tras día, haciendo que este  requiera un gran gasto energético para digerir todos los alimentos. Dicho gasto energético supone que nosotros, a nivel físico, no vamos a disponer de esa energía, por ello después de comer nos sentimos somnolientos y, en muchas ocasiones, faltos de energía y vitalidad por las tardes. Lo mismo ocurre con las cenas. Si tomamos cenas copiosas con carne, pescado, huevos, pan, etc., nuestro sistema digestivo tiene que trabajar durante un tiempo, entre 3-4 horas para digerirlo y si, además, a esto le sumamos el hecho de que acostumbramos a cenar muy tarde e irnos a la cama cuando hace poco tiempo que hemos cenado, nuestro organismo no puede seguir de forma natural el proceso de digestión e iniciar el de descanso y desintoxicación. por ello muchas mañanas nos podemos despertar sin hambre o agotados. Por tanto, teniendo esto en cuenta y la proporción 2/3 -1/3, cuánto más sencilla sea una comida mejor nos vamos a encontrar.

Otro tema sería la elección de la comida en función del sabor, el placer que nos proporciona o la ingesta excesiva debido a un alto nivel de ansiedad. Este aspecto debería resolverse analizando el por qué de esta actitud ante la comida o la necesidad de darse atracones, porque, quizás, el estrés, nivel y estilo de vida, satisfacción personal, consecución de metas y visualización de proyectos, adicciones alimentarias, una dieta poco nutritiva y no adecuada podrían responder a las causas de tal necesidad de comer tanto en cada comida. Esto me lleva al siguiente punto.

 Si empezamos a alimentarnos con cereales INTEGRALES, aumentamos el consumo de legumbres, de verduras, hortalizas, semillas, frutos secos crudos sin sal y frutas y eliminamos el azúcar y los productos refinados, precocinados, harinas, horneados y cualquier tipo de producto preparado o industrial, nuestro cuerpo comenzará a estar bien nutrido y saciado, por lo que va a empezar a demandar menos alimentos. El problema de la alimentación que se está siguiendo en muchos hogares españoles es que los alimentos que se toman no son nutritivos y tienen  muy poca calidad, con un alto contenido en azúcares. Esto hace que a las pocas horas de ingerirlos el organismo vuelva a pedir alimentos, puesto que no se le ofrece los nutrientes necesarios para realizar todas las funciones vitales y las rápidas subidas y bajadas de glucosa hacen aparecer el apetito mucho antes. Así, por mucha pasta refinada, arroz blanco, pan blanco, bollería, horneados, carnes, pescados y huevos que tomemos, si no ofrecemos al cuerpo MUCHÍSIMAS VERDURAS ricas en minerales, vitaminas y enzimas necesarias para los procesos bioquímicos, así como cereales integrales- con todos los nutrientes que nos ofrece la naturaleza en dicho producto natural-, legumbres, semillas, frutos secos y fruta fresca de temporada, probablemente tendremos un desequilibrio nutricional que va a afectar de algún u otro modo nuestro estado de salud, siendo los problemas que nos afecten más o menos graves, en función de dichas carencias, nuestro estilo de vida y la genética, así como los tóxicos a los que estemos expuestos.

Alimentarse de forma adecuada con alimentos de calidad hace que nuestro organismo necesite menos alimento en sí, puesto que lo que le ofrecemos sacia las necesidades vitales del mismo. Por tanto, al mejorar los hábitos alimenticios gastaremos menos en alimentos y podemos permitirnos aumentar su calidad. ¿Por qué? Porque los alimentos de calidad, de origen ecológico y producción respetuosa con el medio conservan todavía más nutrientes, a la vez que velan por el futuro alimentario de la población, ya que huyen de cultivos en masa y sobreexplotación ganadera, al mismo tiempo que eliminan tóxicos y pesticidas, medicamentos y sustancias químicas perjudiciales para nuestra salud. es decir, a todo lo comentado anteriormente le añadiríamos un plus que favorecería nuestra salud y, además, velaría por el futuro nutricional de generaciones venideras. Porque igual que nosotros tenemos la inmensa fortuna de disfrutar de la tierra en la que vivimos, la población futura debe tener el mismo derecho a disfrutarla y obligación de respetarla y cuidarla. Son valores que debemos transmitir urgentemente si no queremos acabar con cultivos y ganadería y evitar catástrofes nutricionales en un breve período de tiempo. además, los productos ecológicos y de temporada, así como la carne, pescado y huevos ecológicos y de calidad, tienen un sabor y textura inigualables, que nada tiene que ver con lo que venden por ahí, a lo que yo considero "sabor basura, insípido y soso". No me extraña que tengan que añadirle azúcar, salsas y otros productos para mejorar su aspecto, textura y sabor, como tampoco veo raro que a la gente no le guste la fruta y verdura, teniendo en cuenta que muchos la compran en supermercados, donde realmente no saben a nada. 

En resumen, si me nutro adecuadamente, reduzco la ingesta de carne y proteína animal, tomándola moderadamente, el dinero invertido es muchísimo menor que tomando proteína animal cada día y, al mismo tiempo, estoy mejorando mi salud, puesto que como dicen los expertos, un exceso de proteína animal va en detrimento de la salud y, además, puede estar detrás de muchas carencias nutricionales, muy al contrario de lo que se suele pensar. De este modo puedo invertir en comprar carne, pescado y huevos de primerísima calidad, así como verduras, frutas, cereales, semillas y frutos secos de producción ecológica y respetuosa con el medio ambiente.

Ahora bien, para comprar de calidad hay que tener presente algunos puntos y es que aunque parece ser que ahora lo ecológico se está poniendo "de moda" y los supermercados ya ofrecen gran cantidad de productos en sus estantes, estas grandes superficies ofrecen producto a un precio desorbitado y hay que saber dónde y cuándo comprar.

- Lo mejor es que no compréis nada, absolutamente nada en supermercados y que huyáis de tiendas que se provean con intermediarios, pues los precios van a subir enormemente.  Buscad mercados y proveedores que ofrezcan productos directamente del campo a la mesa, sin intermediarios, que los hay y muchos, tan solo hay que invertir un poquito de tiempo investigando, pero una vez se conocen, ya dispones de ellos para siempre y, al mismo tiempo, los mismos proveedores te abren las puertas hacia otros muchos. 
- También existen servicios de entrega a domicilio para aquellos que por distancia, trabajo o cuestiones personales no pueden acudir a estos mercados o tiendas. 
-  Algunas ecotiendas de barrio ofrecen mejores precios que ciertos establecimientos ecológicos que tienden a ser un símil de los supermercados. 
- Lo ideal es, al principio ir investigando hasta conocer nuestras necesidades y los lugares donde podemos proveernos de producto de calidad al mejor precio.
- Para que no os timen, tened en cuenta que la fruta y verdura de producción ecológica tiene una imagen "fea" para algunas personas y "desigual". No existe la perfección más allá de la perfecta naturaleza individual de cada pieza. además, las frutas y verduras ecológicas no duran mucho tiempo, se pochan enseguida y vienen acompañadas de bichitos, caracoles e insectos varios. prueba palpable de que más naturales no pueden ser. En cuanto a la carne y pescado deben tener una textura prieta y no perder casi nada de agua al cocinarlos. su sabor será intenso y fuerte, nada que ver a lo que estamos acostumbrados.

En el blog podéis ver algunas de las tiendas y mercados donde compro, pero claro, estos están en Valencia. Algunos proveedores a domicilio son "De l'horta a la porta", "La colmena que dice sí" o "www.lacrisopa.com". Pero os animo a investigar por vuestra cuenta, ya que es un proceso de aprendizaje y descubrimiento magnífico que os aportará unos beneficios y un placer indescriptible.

Así pues, comer sano NO ES MUCHO MÁS CARO. Podéis comer con alimentos de primerísima calidad por unos 350-400 euros al mes para dos personas adultas. Además, este tipo de alimentación y hábitos que os he mencionado anteriormente os hará ahorrar en medicamentos, cremas hidratantes y demás cosméticos, ya que vais a enfermar poco o nada y vuestra piel y organismo estarán perfectamente hidratados, por tanto, no solo no es caro, sino que os va a hacer ahorrar muchísimo dinero en otros productos innecesarios. Con todo ello estaremos favoreciendo nuestra calidad de vida, respetando el medio, asegurando el futuro a generaciones venideras y ofreciendo trabajo a la población local, ayudando a superar estos años de crisis que tanto han acrecentado las políticas de consumo global, recuperando nuestra economía y bienestar social.


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