miércoles, 22 de marzo de 2017

DIARIO DE VIAJE: CUENCA

Iniciamos la sección de viajes y gastronomía con el primer viaje tras mi proceso de curación, transformación y crecimiento personal.

Decidimos viajar a Cuenca un par de días puesto que era un lugar cercano a Valencia y tenía muchos lugares bonitos que queríamos descubrir.

Antes del viaje buscamos por internet diferentes apartamentos y casas rurales donde alojarnos. Encontramos en la página web TOPRURAL unos apartamentos encantadores situados en el centro de la ciudad y que se adaptaban perfectamente a nuestras necesidades: APARTAMENTO TURÍSTICO BEATRIZ ( apartamentobeatriz@gmail.com, Twitter: Apartamento Bea, Facebook: Apartamento Beatriz). 

Situado en la C/ Colón, estos apartamentos disponibles para 4 o 5 personas resultan muy económicos, costando la noche 15 euros por persona si el apartamento se cubre en su totalidad. Disponen de cocina totalmente equipada con menaje, productos de limpieza, nevera con detalles de bienvenida. Además, el baño cuenta con estufa-calefactor, secador, toallas. Hay wifi y calefacción radiante, juegos de mesa, libros de lectura, información turística variada, entre otras muchos servicios. Están en la calle paralela a la más comercial de Cuenca C/ Carretería, donde podéis encontrar numerosos restaurantes y a tan solo 15' caminando a orillas del Huécar del centro.

Beatriz fue encantadora. Nos recibió ella misma informándonos de todo lo que podíamos visitar, los museos que merecía la pena ver y los restaurantes más recomendados en función de su calidad-precio. Además nos facilitó el mapa y toda la información que necesitábamos.


¿QUÉ COMER Y DÓNDE COMER?

Teniendo en cuenta el estilo de alimentación que seguimos y los lugares que íbamos a visitar planificamos el viaje pensando que haríamos alguna comida en restaurante, otras en el apartamento y otras en plena naturaleza, de excursión.

- Para el desayuno traíamos leche vegetal en brick pequeño, crepes hechos en casa, algunos vegetales como lechuga, tomate y aguacate y una bolsa de cereales integrales. 

- El primer día comimos en el restaurante Casa Juan Plaza Mayor, situado en la Plaza Mayor de Cuenca, al lado de la catedral. Dicho restaurante cuenta con menú especial para celíacos o intolerantes al gluten y la relación calidad-precio nos pareció estupenda. Ofrecen menús diarios con precio cerrado o elección de platos a la carta. No tuvimos ningún problema en cuanto al gluten o intolerancias y nos atendieron muy bien.

- La cena la realizamos en el apartamento, ya que habíamos traído de casa ingredientes para preparar una ensalada saludable, con productos ecológicos, pensando que en la comida habríamos quedado bastante satisfechos. Después de todo el día caminando y sin parar agradecimos poder tener un lugar en el que sentirnos como en casa, sin tener la obligación de bajar a cenar y gastar más dinero del necesario. Estoy segura que esa misma ensalada tomada en un restaurante nos habría costado dos veces más cara y seguramente los productos no hubiesen sido de la misma calidad.

- El segundo día teníamos planificada una excursión por la naturaleza, por lo que había comprado un par de barras de pan sin gluten de la marca SCHNITZER. No suelo comprar pan envasado preparado sin gluten, ya que lo elaboramos todo en casa, pero esta marca es de las pocas que he encontrado que no tienen casi aditivos ni ingredientes no deseados, así que por una vez hicimos una excepción.  Lo compramos en un herbolario de barrio, en la ecotienda Medio Verde de La Cañada ECOTIENDA MEDIO VERDE, que ya os la he recomendado en la sección "¿Dónde comprar?" y nos costó 1,75€ más barato que en supermercados ecológicos. Este pan se hornea antes de preparar el bocadillo y queda súper crujiente. Además está muy rico. Nos preparamos un bocadillo con lechuga, tomate y un poco de jamón serrano y nos supo a gloria.

- Siempre llevábamos encima alguna pieza de fruta y un tupper con almendras por si nos entraba hambre a media mañana o a media tarde.

Debo decir que, pese a haber traído de casa algunos alimentos, nos dimos cuenta que en Cuenca van un poco más avanzados que en Valencia, para ser una ciudad muchísimo más pequeña, en cuanto al tema de la intolerancia al gluten y la agricultura ecológica. Encontramos un bajo donde vendían verduras y fruta ecológica al lado del apartamento, aunque solamente lo hacían un día a la semana. También vimos que el 30 de marzo van a abrir un Herbolario Navarro. Y, además, en la misma esquina de la C/ Carretería hay un horno que elabora pan y todo tipo de productos sin gluten, con lo que no hubiese sido necesario llevarse el pan desde casa, pero ya sabéis el dicho "Más vale prevenir que curar".


¿QUÉ VISITAR?

En Cuenca y alrededores hay muchísimas cosas para visitar, aunque dado que nuestro viaje fue corto os contaré lo que en 48 horas vimos, aprovechando al máximo el tiempo.

En Cuenca ciudad visitamos las famosas casas colgadas dando un paseo por la Hoz del Huécar hasta llegar al parador turístico, disfrutando de sus vistas. Cruzamos el Puente de San Pablo hacia el centro. Vimos la Plaza Mayor y la catedral. Subimos hasta la zona del castillo disfrutando de las empinadas calles y asomándonos a las vistas vertiginosas que de allí se ven de toda la Hoz del Huécar. Por la tarde decidimos visitar el Museo paleontológico, donde estuvimos un par de horas aprendiendo más sobre la evolución y la riqueza paleontológica de la zona. Os recomiendo que no os lo perdáis. Además desde allí hay unas vistas espectaculares.

El segundo día nos marchamos bien temprano a visitar la Ciudad Encantada, a unos 40km de Cuenca, de modo que a las 12, cuando empezaba a haber cúmulo de gente, ya salíamos. Aprovechamos para visitar el pueblo de Uña y su laguna, preciosa, haciendo una parada para contemplar las aves, escuchar el silencio y sentir la brisa mientras tomábamos unas frutas. Uña tiene rutas de senderismo que prometen, pero en esta época del año se recomienda no hacerlas para no molestar a las aves que se encuentran en proceso de nidificación y reproducción. 


Después seguimos nuestro camino hacia el nacimiento del río Cuervo, a unos 87km de Cuenca. Allí comimos nuestros bocadillos, frente a la cascada, con un silencio que valía millones, un aroma indescriptible y una paz como en pocos lugares se puede encontrar. y después de comer realizamos una de las rutas circulares que hay allí. Tampoco os lo podéis perder.



Finalmente emprendimos el viaje de vuelta a Valencia y, de bajada, entre la Ciudad Encantada y Cuenca hay un mirador llamado "El ventano del diablo" al borde de la carretera que ofrece unas vistas espectaculares.

Nos quedaron muchísimas cosas que ver, pero a buen seguro volveremos y confiaremos de nuevo en beatriz, siempre que sus apartamentos estén disponibles.

Ha sido un viaje muy bonito, económico y flexible que se ha adaptado al 100% a nuestras necesidades.




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