domingo, 7 de mayo de 2017

ALIMENTACIÓN Y SALUD INTESTINAL. CAPÍTULO 1: LA CAPA MUCOSA

Seguramente habrás oído más de una vez algo acerca de la microbiota o la flora intestinal, en anuncios: "tome estos cereales para beneficio de su flora intestinal"; tras el tratamiento con antibióticos, etc. Si nunca has oído hablar de ella, éste va a ser tu post.

Antes de enfermar tan solo tenía una vaga idea de la flora intestinal, pero no me preocupaba absolutamente nada por ella, ya que mis visitas al servicio eran regulares y no tenía ningún problema al respecto, por lo que, yo ignorante, pensaba que tenía una salud de hierro. Nada más lejos de la realidad. Os contaré lo que me ha ido enseñando mi médico y lo que he ido investigando a lo largo de éste último año.

Nuestro intestino es uno de los órganos más importantes del cuerpo, pues en él se realizan diferentes funciones: absorción de nutrientes, protección-barrera ante sustancias nocivas, eliminación de deshechos, entre otras.

Dentro de nuestro intestino conviven en armonía billones de bacterias y microorganismos en una relación simbiótica: las bacterias se alimentan de ciertos nutrientes que no son absorvidos en el estómago o intestino, transformándolos en reacciones químicas complejas que dan lugar a sustancias beneficiosas para nuestro organismo, al mismo tiempo que ayudan a mantener y fortalecer la capa mucosa que hay en él. A cambio ellas tienen espacio para vivir y reproducirse dentro de él, alimentándose de dichos nutrientes. En este grupo de bacterias existen unas consideradas beneficiosas y otras no tan beneficiosas cuando están en desequilibrio, pero que, si se encuentran en una relación de equilibrio, no suponen ningún peligro para el buen funcionamiento orgánico, sino todo lo contrario.

Antes de pasar a explicar qué ocurre cuando hay un desequilibrio es necesario conocer para qué sirve la capa mucosa que existe en el intestino. 

La pared intestinal está recubierta de una capa mucosa cuya función es proteger el resto del organismo del paso de sustancias no deseadas. Así, por ejemplo, cuando una proteína que forma parte de un alimento no se descompone adecuadamente en sus diferentes aminoácidos, esta pared evitaría que pasaran moléculas más grandes de lo normal al torrente sanguíneo. Esta función resulta muy importante si tenemos en cuenta que si el intestino no filtra bien, el paso de sustancias tóxicas al resto del organismo, con el tiempo, produce inflamación y dicha inflamación es precursora de enfermedades. 


La capa mucosa se ve alterada por multitud de factores: una vida muy estresada, ingesta de medicamentos de forma constante, tratamientos con antibióticos, una alimentación inadecuada, vida sedentaria, etc., por lo que resulta mucho más que interesante aprender cómo podemos fortalecerla y evitar dichas alteraciones que comprometerían seriamente nuestra salud.

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