Bien es sabido que la cúrcuma, una especia de origen indio con forma de raíz, aunque la encontramos más comúnmente en polvo, tiene propiedades beneficiosas para nuestra salud. Ya había oído hablar de sus efectos antiinflamatorios, anticancerígenos o como alimento medicinal para acompañar la curación de ciertas patologías.
En casa hace tiempo que la usamos para cocinar, pero si bien es cierto, en estos dos últimos años me han enseñado que para sacar el máximo partido a sus propiedades es necesario no cocinarla o añadirla en el último momento del cocinado, para no destruir con el calor sus propiedades. Además, parece ser que consumirla junto con pimienta favorece la absorción de sus componentes.
Últimamente había leído que la cúrcuma actúa como un ibuprofeno natural, pero yo no había tenido ocasión de probarlo hasta hace un par de días. No suele dolerme la cabeza casi nunca, pero esa tarde tenía unos pinchazos y un malestar considerable, así que decidí probar y me preparé un vaso de agua con una puntita de una cucharada de postre de cúrcuma en polvo con un poco de pimienta negra molida. Me tomé el vaso tal cual y a los 10-15' el dolor había desaparecido por completo.
Así pues, seguiré confiando en sus propiedades al mismo tiempo que le doy un toque sabroso a mis platos.
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