lunes, 18 de septiembre de 2017

COSMÉTICA NATURAL/COSMÉTICA CONVENCIONAL

Hola seguidores/as!

Hacía tiempo que quería compartir con vosotr@s estas reflexiones, pero como sabéis, el blog va creciendo a ratitos, entre proyectos, vida personal y laboral.

Bueno, por fin aquí van estas ideas.

Hace tiempo, algunas de las personas que sigo en redes sociales me hicieron reflexionar sobre la cosmética que utilizaba a raíz de las conversaciones que mantuve con los profesionales que me trataron. Cuando acudí a la clínica en las pruebas realizadas aparecía el nivel de tóxicos en el organismo, tóxicos que provienen no solo de la alimentación sino del aire que respiramos, las cosas que tocamos o aquello que ponemos encima de nuestra piel y que, consecuentemente, pasa a formar parte de nuestro sistema, para bien o para mal. Pues bien, si pensamos en la cantidad de cremas, mascarillas, jabones, limpiadoras y productos varios que utilizamos a diario para mantener nuestra piel más joven, hidratarnos, lavarnos, entre otras muchas funciones, podemos imaginar la cantidad de "porquería" que estamos introduciendo en nuestro organismo.

Una frase que siempre me quedará grabada es "pon encima de tu piel todo aquello que podrías comerte por la boca", porque sí, lo que ponemos en nuestra piel entra al torrente sanguíneo y, al final, está "nutriéndolo" o no. 

Que sí, que sabemos que la cosmética convencional pasa unos controles de calidad, que hay una legislación que controla los aditivos que contiene y las sustancias con que se fabrican, que, no tengamos miedo, es química y la naturaleza es química también. Pero la mayoría de productos se elaboran de manera muy artificial y son totalmente innecesarios. Además, aunque haya unos controles de seguridad, sumar cada día los compuestos de la crema, el jabón, champú, colonias, etc va llenando el límite de nuestros organismos poco a poco, teniendo en cuenta que a ello debemos sumar todos los contaminantes que nos llegan a través de las otras vías mencionadas.

Os diré por qué. Está claro que necesitamos lavarnos y por tanto los jabones, geles y champús, pero existen opciones que provienen de productos naturales. No tienen un aroma tan intenso, ni dan esa sensación falsa de limpieza, con tanta espuma, su textura súper suave etc., pero son mucho más respetuosos con el medio y con la piel.

El mundo de las hidratantes es todo un engaño. No necesitamos cremas hidratantes para mantenernos jóvenes. Si llevamos una alimentación rica en verduras y frutas (el 80% de cada uno de nuestros platos) nuestra piel va a estar más que hidratada. Pero es verdad, que, a veces, en algunas circunstancias: manos muy castigadas por el agua en ciertos trabajos, arañazos, mucho frío etc., notamos que necesitamos un extra de hidratación. Pues utilizando cualquier aceite con el que cocinamos recuperaremos esa hidratación: mucho más barato y efectivo.

En cuanto a champús, espumas de pelo, fijadores, etc. Confieso que dado que tengo una mata de pelo de león ondulada y grueso-encrespado, siempre, desde hace muchos años, he utilizado espumas, gominas y demás. Hasta hace un año y medio. Se me ocurrió pensar que aquello no era sino porquería y que ya no quería seguir castigando de ese modo mi organismo, porque, de qué me servía comer ecológico, combinar bien los alimentos, comer como una reina si descuidaba esa parte que, al fin y al cabo, también está "alimentándome". Así pues empecé a probar a ponerme en el pelo unas gotas de aceite de coco primero y, más tarde probé con aceite de almendras. ¿Y sabéis qué pasó? Que mi pelo ahora está mucho más hidratado, suave y ya no gasto en gominas, espumas, etc. También he ganado en brillo y he reducido el encrespamiento considerablemente. 

Otra de las cosas que he cambiado son las mascarillas capilares. Siguiendo a varias chicas en redes, empecé a probar poniendo aceite de almendras en el pelo y dejándolo actuar toda la noche. Ellas promueven el uso de aceite de coco, que yo también he probado, pero dado que el coco no es local y para importarlo contaminamos el medio de una forma brutal y favorecemos grandes explotaciones de tierra, decidí utilizar producto cercano y, el resultado es el mismo. Al día siguiente te lavas el pelo y está más que hidratado. Fácil, cómodo y económico.

En cuanto a la limpieza de cara, no hay nada como el aceite de almendras para desmaquillar y un buen baño de vapor con agua previamente hervida que ayude a abrir los poros y limpiarlos posteriormente con ayuda de un papel. Para terminar, aplicar una mascarilla de arcilla verde durante 20' e hidratar después con aceite de almendras. (Podéis ver el proceso siguiendo en youtube a Victoria Moradell)

Como veis, para la cara utilizo dos gotitas de aceite y no todos los días, puesto que mi piel, con la alimentación que sigo, está súper hidratada.

En cuanto a los desodorantes, hace muchos años que utilizo la piedra de alumbre, pero también he leído cosas al respecto y poco a poco he ido dejándola, sin utilizar absolutamente nada. Me he dado cuenta de que, con el cambio de alimentación mi sudor ya no huele como antes y evito olores siempre que utilice tejidos naturales en la ropa. También es cierto que, como el cuerpo es un todo unido, cuando tenemos un sudor nervioso, ocasionado por un estrés, situación incómoda o dificultad, nuestro sudor es muchísimo más fuerte. Así pues también esto te ayuda a conocerte y a tomar conciencia de tu situación personal y tu salud emocional que, al fin y al cabo, va a acabar afectando a la salud física. En casos como estos, tomo conciencia de cómo me siento y ya utilizo la piedra de alumbre que evita el olor, pero, como os digo, solo la utilizo en estas ocasiones que puedo preveer conociéndome bien.

Las pastas de dientes también son un mundo. Empecé a leer sobre los efectos del triclosán, componente de todas las pastas de dientes convencionales y de algunos otros añadidos. Pregunté a mi dentista y me dijo que no podía darme información, que ellos ante tal caso tenían que callar puesto que ponía en compromiso su trabajo. Dicho esto dije: "fuera pastas de dientes convencionales" y empecé a comprarla en herbolarios, elaboradas con extractos de plantas. La verdad es que hasta que te acostumbras es raro, porque parece que no limpies tus dientes, ya que no te dan esa sensación de frescor y espuma que ofrecen las pastas convencionales, pero puedes masticar una hoja de menta al terminar o buscar una pasta que la contenga y tener así, esa sensación de frescor a la que tan acostumbrados nos tienen.

Esmaltes de uñas y maquillajes. De igual modo, los esmaltes de uñas contienen 8 sustancias cancerígenas que, si bien un esmalte está dentro de los controles de seguridad, yo prefiero no utilizarlos y eliminar así otro factor de riesgo, que ya hay muchísimos que no puedo controlar. No suelo pintarme las uñas pero para ocasiones especiales sí lo hago, utilizando un esmalte de herbolario. En cuanto al quitaesmaltes, no existe en el mercado ninguno que no tenga cierta toxicidad, pero yo tengo uno del herbolario que contiene los menos posibles.  tampoco suelo maquillarme, puesto que el maquillaje tapa los poros de la piel, impidiendo la correcta oxigenación, lo que, con el tiempo, va a acelerar el envejecimiento, otra paradoja más: nos maquillamos para estar bellos/as y a causa de ello vamos envejeciendo más rápido y empeorando la calidad de nuestra piel, para lo que necesitamos más productos. resultado: más inversión en productos de belleza. pescadilla que se muerde la cola. Si necesitas maquillarte alguna vez, te recomiendo que utilices cosmética natural de venta en eco-tiendas.

Y ya para terminar, no quería cerrar sin contaros lo que estoy experimentando ahora. Ya había leído mucho acerca de los champús convencionales repletos de siliconas pero todavía no había hecho el cambio, ya que, como sabéis, son tantas cosas que una se agobia con tanto cambio y es mejor hacerlo poco a poco, disfrutando del proceso y observando todos los beneficios paso a paso. Por fin he hecho el cambio y ya utilizo champús ecológicos sin siliconas. No tenía ni idea de la porquería que pone en nuestro pelo un champú convencional, que, supuestamente, sirve para lavarnos la cabeza. ¡Qué paradoja! Ya me habían avisado que eliminar las siliconas del pelo lleva un tiempo. Cuando empiezas el cambio y estás en pleno proceso, cada vez que te lavas el pelo es como si estuvieras tocando un pelo sucio, pegajoso, que se enreda muchísimo, áspero y la sensación es de que no queda limpio y tus manos son incapaces de recorrerlo con suavidad porque se quedan como pegadas, con un sonido muy característico al pasar por encima de él. Es realmente desagradable y te da información acerca de cómo has estado nutriéndolo durante tantos años. Así que, si vas a hacer algún cambio, te recomiendo que empieces por este. Vas a alucinar con la experiencia. 

Los champús ecológicos sí resultan mucho más caros, pero duran muchísimo tiempo y el resultado no tiene precio. Además, con todo lo que ahorras por el otro lado: gominas, espumas, acondicionadores, cremas hidratantes de cara y cuello, cremas antiedad, mascarillas, y demás productos, puedes comprarte muchísimos champús.

Espero haberos ayudado un poquito más y disfrutéis, como yo, de todo este proceso de cambio y aprendizaje.

Feliz día.


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