martes, 27 de febrero de 2018

EJERCICIO FÍSICO Y SALUD

Antes de que me salieran todas las alergias e intolerancias ya era una persona que practicaba ejercicio regularmente, pero no lo suficiente: 2-3 veces a la semana, natación y senderismo. En alguna época de mi vida cambié la natación por el pilates y el yoga, pero siempre volví a la natación por los beneficios globales que me aportaba, dejando el yoga para casa en momentos puntuales.

Después de aparecer las alergias y todas las patologías que ya visteis en "Mi Historia", dejé de practicar deporte porque mi cuerpo no podía, no tenía energía, había perdido mucho peso. Lo intentaba pero físicamente no respondía y no aguantaba ni una simple clase de yoga.

Poco a poco fui recuperándome y superé todas las enfermedades y, por tanto, retomé el ejercicio: aquagym y un poco de yoga en casa de vez en cuando.

Como sabéis, desde entonces estoy investigando, formándome en nutrición y dietética y leyendo mucho, muchísimo.

Uno de los puntos en común que, tanto mi especialista como todos los investigadores y profesionales de la salud que sigo tienen, es la importancia del ejercicio físico.

Cuando realizamos ejercicio físico no podemos quedarnos solo en la importancia del mismo para mantener el peso y vernos bien, puesto que esta es una visión muy simplista que lleva a muchas personas a no realizarlo porque se aceptan tal cual son sin realizar el ejercicio físico.

El ejercicio es imprescindible para el buen funcionamiento de todo el organismo: retarda el envejecimiento, mantiene nuestras articulaciones en forma, posibilita muchas funciones metabólicas y vitales de forma óptima, mejora nuestra capacidad pulmonar y por tanto mejora las patologías en que la respiración se ve afectada, previene y mejora las enfermedades cardiovasculares, mejora las enfermedades degenerativas, mejora las enfermedades psicológicas, reduce el colesterol malo o LDL (low-density lipopreteins), interviene directamente en nuestro estado emocional, ya que la práctica de ejercicio segrega endorfinas que nos hacen sentir bien, mejora el descanso, la flexibilidad,  mejora la capacidad de producir energía a nivel mitocondrial posibilitando que estas extraigan mayor energía con menos calorías ingeridas, lo que beneficia a todo el sistema. estas son algunas pequeñas muestras de todo lo que el ejercicio físico aporta.

Una vez recuperada del todo me di cuenta de que realizar dos clases a la semana de aquagym y un poco de yoga o senderismo no era suficiente. para mantener el organismo en perfectas condiciones es necesario moverlo y activarlo cada día. Son muchas las horas que pasamos en nuestros trabajos. Yo, concretamente, estoy todo el día de pie, en clase, con mis alumnos y alumnas: bailo con ellos, salto, corro, juego...llevo una vida en el trabajo bastante activa pero no lo suficiente para trabajar el organismo adecuadamente. Lo notaba porque mi espalda siempre se resentía, porque me levantaba entumecida y me costaba empezar el día, porque algunos días me costaba estar de buen humor y que me cundiese la jornada laboral. Me cansaba subiendo cuestas o escaleras. Así pues, después de muchas formaciones y de ver cuán importante es el ejercicio físico para prevenir enfermedades de todo tipo y los muchos beneficios que puede aportarnos, después de comprender que solo una alimentación saludable no era suficiente, he decidido mejorar todavía más mis hábitos de vida para hacer todo lo que esté en mis manos en construirme una buena salud y en sentirme cada día mejor, más activa, ágil, flexible, de buen humor, capaz y saludable.

He tenido que buscar mis tiempos, mi momento, ya que los proyectos en los que trabajo en la escuela, la escuela en sí y mis ganas de seguir aprendiendo, formándome en nutrición y leyendo constantemente, así como los diferentes blogs que llevo entre manos, no me dejaban mucho espacio para poder realizar ejercicio. Buscaba excusas: estoy cansada, no tengo tiempo, etc. etc. etc. pero en Diciembre decidí que no iba a posponerlo más, que quería sentirme mejor. Así que me propuse realizar ejercicio en casa, con ayuda de algún canal de Yutube donde pudiera guiarme con ejercicios, motivación y no hacerme daño. 

Empecé durante las vacaciones, cada mañana al levantarme realizaba tablas de ejercicios variados: cardio, estiramientos, yoga, kick boxing alternando cada día. empecé con el canal de blogilates, en inglés y, de paso practicaba el idioma. Los vídeos tienen una duración de unos 8-15', por lo que puedes realizar uno, dos o los que quieras, dependiendo del tiempo de que dispongas.

Pasadas las vacaciones decidí que iba a levantarme más temprano, pero no pasando más sueño, sino al contrario. Tomé la decisión de dejar de trabajar a horas intempestivas por la noche y, llegado a un punto, parar, cenar temprano e irme a la cama tras dos horas de digestión en las que realizo algo placentero para mi. mi momento de relax antes de acabar el día. Así pues sobre las 22.00-22:30 ya estoy en la cama.

Me levanto cada mañana a las 6, tres horas antes del inicio de mi jornada laboral. En ese tiempo puedo realizar ejercicio sin prisas, sin estrés y empezar el día dedicándome tiempo placentero a mi misma, no corriendo, ni desayunando rápido para ir al trabajo. Empiezo el día dedicándome tiempo a mi. Ahora mismo hago tablas del canal malovaelena, en español. me gusta porque Elena va corrigiendo posturas que sabe puedes realizar mal. Al mismo tiempo ofrece alternativas a todos los niveles y hay ejercicios de todo tipo para principiantes, intermedio o avanzado. Cada día voy variando, de modo que a lo largo de la semana hago yoga, flexiblididad, cardio, kickboxing y tonificación, junto a las dos o tres sesiones de aquagym fuera de casa. Las tablas tienen una duración de 30-35', tras las cuales hago una meditación de unos 10'.  Sobre las 7 he terminado, me ducho y me preparo el desayuno, otro momento de placer para mi. Desayuno leyendo algún artículo de investigación o libro que me guste, tranquila, con tiempo, sin prisas, empezando el día con muy buen humor y sabiendo que tengo tiempo para mi. después de todo esto recojo, ordeno, me arreglo y marcho al trabajo.

Y ¿sabéis qué? Lejos de sentirme más cansada he experimentado muchísimo mejor humor, mucha más energía y los días me cunden muchísimo más. Ahora hago el doble de cosas que abarcaba antes y me siento mucho mejor conmigo misma. Sé que me cuido, que realizo ejercicios que no tienen un impacto negativo en mi organismo -porque los hay que son muy negativos-, que no hago sobreesfuerzos,  que he encontrado tiempo para mi y eso me beneficia a todos los niveles, en mi vida laboral, personal y social.


Cada uno/a debe encontrar su momento, porque no todos tenemos los mismos horarios ni las mismas responsabilidades, pero, si se quiere, se puede. Si se quiere no hay excusas. Al fin y al cabo, lo que está en juego es nuestra salud y, si uno no quiere quejarse de lo que le toca sufrir, debe hacer algo para evitarlo.  El ejercicio no solo previene sino que enseña, nos hace fuertes y capaces de superar cualquier adversidad, porque nos enseña constancia y esfuerzo.

Y tú ¿te animas?


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