jueves, 8 de marzo de 2018

¿SABÍAS QUE...ENVEJECIMIENTO?

RALENTIZAR EL ENVEJECIMIENTO Y NIVEL DE ENERGÍA

¿Sabías que el número de kilocalorías de tu dieta va a influir negativa o positivamente en la energía que se extrae de ellas? ¿Sabías que una dieta alta en kilocalorías influye en la velocidad de envejecimiento del organismo?

La energía que necesita nuestro organismo para funcionar se extrae de las calorías que ingerimos y quemamos en un proceso metabólico que ocurre en el interior de las células, más concretamente en las mitocondrias. Éstas son las encaradas de llevar a cabo todo el proceso para producir ATP, la molécula de energía por excelencia (Adenosin Trifosfato).

En cada célula existe un número determinado de mitocondrias y su eficacia en la producción de energía va a depender de muchos factores, entre ellos la edad, el ejercicio físico y la alimentación.

Dice la ciencia que si nuestra dieta es alta en kilocalorías las mitocondrias son menos eficaces en la extracción de energía y, además, el proceso de transformación de los alimentos para extraer dicha energía, genera numerosos radicales libres, moléculas que acaban dañando la célula en sí, el ADN y, por consiguiente, aceleran el proceso de envejecimiento. Por tanto, cuanto más baja en kilocalorías sea nuestra dieta, menos radicales libres se generan y más lentamente se envejece.

Pero quizás estaréis pensando: si tomo pocas kilocalorías no tendré suficiente energía. Pues parece ser que no. La ciencia también ha demostrado que una dieta baja en calorías provoca una adaptación del metabolismo y hace que las mitocondrias se vuelvan mucho más eficaces en la producción de energía, es decir, son capaces de extraer más energía con menos kilocalorías ingeridas. Este hecho se ve beneficiado si se realiza la práctica de ejercicio físico de manera regular, ya que el número de mitocondrias en cada célula se multiplica.

Así pues, para envejecer de forma más lenta, mejorar nuestra salud y tener un mayor nivel de energía no nos sirve darnos grandes atracones y comer mucho, sino tomar comidas ligeras, acompañadas siempre de unas buenas verduras y frutas, ricas en antioxidantes, así como practicar ejercicio moderado a diario.






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